Después de haber pasado quince días en Barcelona, me encantaría compartir mis experiencias y aprendizajes hasta ahora y contarles sobre mi vida en el proyecto Boodaville y qué más está relacionado con él. Los últimos días realmente me ayudaron a llegar mentalmente, y ahora estoy en mi viaje de descubrimiento. Un aspecto importante de mi residencia actual en la comunidad de Can Madeu es aprender a participar en la vida comunitaria. Esto, como descubrimos con Frida durante nuestra escapada a cocinar pasta, viene con sus desafíos, especialmente cuando se deja con un excedente para saborear los días siguientes, si no semanas 😊

Los jueves, sin embargo, se destacan como experiencias notables donde, en cuestión de horas, los esfuerzos colectivos transforman la casa y los jardines, y el tiempo parece pasar volando. Incluso las tareas mundanas como limpiar y organizar de repente son divertidas, y después de un largo día de trabajo, es especialmente gratificante comer juntos la deliciosa cena comunitaria y conectarse.

Vivir allí muestra de alguna manera que la permacultura se extiende más allá de los jardines hacia el tejido de la vida comunitaria, ya que aborda aspectos sociales, promoviendo la construcción de comunidades, la distribución justa de recursos y la toma de decisiones éticas conjuntas. Y Can Masdeu parece ser un lugar para vivir y probar esta realidad.

A medida que navego por mi papel dentro de esta comunidad y exploro cómo puedo contribuir, estoy tomando notas mentales y pronto les haré saber cómo me llevo con ello.

Hasta luego,

Antonia